En esta segunda parte hablamos un poco sobre huesos recreativos y las alternativas a los huesos carnosos crudos.
Está bien dar huesos recreativos pero pueden dar problemas con relativa facilidad. En realidad yo creo que son prescindibles. Son simplemente para entretener, ya lo dice su nombre, y el objetivo no es que los ingieran aunque es inevitable que ingieran alguna parte o todo en función del tamaño del perro. Se dan para pasar el rato y también para la limpieza de los dientes pero con los huesos carnosos es suficiente. Como he comentado antes incluso los perros que no comen huesos carnosos pero comen una dieta natural acumulan muy poco sarro en general. Los perros grandes ingieren las articulaciones con facilidad y con poca cantidad se suelen estreñir así que hay que estar atentos, no se puede dejar que ingieran grandes cantidades. Los huesos largos son muy duros y se astillan mucho, no hay nada de carne y no recomiendo que se dejen ingerir nunca (que coman el tuétano está bien). También hay más probabilidades que se rompan algún diente. Como entretenimiento se pueden dar tráqueas deshidratadas, crudas o congeladas. Son más seguras y se pueden ingerir. Será porque soy veterinaria pero no soy muy fan de los huesos recreativos porque pueden dar problemas con relativa facilidad y en mi opinión son prescindibles. Dicho esto me parece fantástico que los dueños den este tipo de huesos a sus perros, recomiendo darlos a perros con experiencia que hayan estado comiendo huesos carnosos regularmente por lo menos unas semanas. Con perros y dueños experimentados no suele haber problemas.
Hay patologías en las que no está recomendado dar huesos: pancreatitis, acidez/reflujo gastroesofágico, problemas de hígado (en general todas las que requieran un consumo limitado de grasa) y en la insuficiencia renal (por el alto contenido en fósforo).
A veces el perro es muy ansioso y simplemente engulle lo cual es peligroso. En estos casos ayuda dar el hueso carnoso en piezas grandes como comenté anteriormente y también dedicar un tiempo a “enseñar” al perro a comer más pausadamente sujetando el hueso carnoso por un extremo. Si a pesar de esto el perro parece no aprender y no se puede dar huesos con tranquilidad es mejor pasar a una alternativa.
A veces simplemente los dueños quieren eliminar todo factor de riesgo al ingerir huesos lo cual me parece razonable. De todos modos hay que recordar que roer huesos tiene beneficios para la salud física y mental.
¿Cuáles son las alternativas entonces? Las voy a enumerar de más a menos ideal a nivel nutricional:
1. Huesos carnosos molidos: esta es la mejor opción des de el punto de vista nutricional. Solamente hace falta adquirir una picadora de calidad y ya está. Una picadora que pique bien, hay que dejar los trozos de hueso bien pequeños. Cuidado con las patas de pavo que se astillan bastante y los ligamentos que se quedan encajados en la picadora.
2. Harina de huesos de calidad: importante la parte “de calidad”. Las harinas de huesos que no son de calidad vienen muy contaminadas con metales pesados y flúor porque es donde se acumulan. Es bien sabido que la acumulación de metales pesados en el organismo es tóxica y hay artículos científicos que correlacionan cantidades excesivas de flúor en la comida (pienso) con la aparición de osteosarcomas en perros (tumor de huesos). La mejor harina de huesos que hay actualmente en el mercado se llama suplemento de calcio microcristalino hidroxiapatita, más fácilmente MCH calcio. Es una harina de huesos proveniente de vacas de pasto de Nueva Zelanda que se ha hecho harina mediante deshidratación de los huesos crudos en frío por lo que conserva muchas de las propiedades nutritivas de los huesos crudos. Sin duda la mejor opción después del hueso natural. La cantidad de harina de huesos a dar es un 1.5% del peso de la carne en adultos y un 2% en cachorros. Si no se puede tener acceso a este tipo de harina es mejor pasar a la siguiente opción. Yo encuentro MCH calcio on-line con facilidad. La harina de huesos no puede usarse como sustituto de éstos en casos de insuficiencia renal.
3. Polvo de cáscara de huevo: la siguiente mejor opción. Es importante que sea polvo, cáscara de huevo chafada en un mortero no vale porque no se absorbe bien. Es bien fácil de hacer en casa: se lavan bien las cáscaras, se dejan secar, se ponen en el horno a 200 ºC durante 5-10 minutos y se van acumulando en un bote de cristal. Una vez tengas las suficientes las mueles en un molinillo de café y guardas el polvo en un contenedor de cristal hermético. Con las medidas higiénicas mencionadas dura muchísimo tiempo, ante la duda se le puede dar otra horneada. La cantidad a suplementar es un 1% del peso de la carne. Esta suplementación no es una buena opción para cachorros porque al tener requerimientos de calcio más elevados la relación calcio-fósforo se descompensa.
4. Suplemento de calcio: con esto me refiero a comprimidos de calcio que se pueden encontrar en la farmacia. Esta es la última opción siempre y realmente hay que recurrir a ello en contadas ocasiones. Esta opción tiene que ser siempre recomendada y dosificada por un veterinario.
Para saber que la proporción de huesos carnosos o sustitutos de huesos que se está dando está proporcionando la cantidad correcta de calcio recomiendo mirar el calcio total y el calcio ionizado en sangre, es importante mirar este último que no se suele mirar. Se puede aprovechar una extracción de sangre que se haga por otro motivo o se puede hacer un chequeo general una vez al año. A mi me gusta mirar niveles de calcio a los pocos meses de empezar con el cambio de dieta para ver que todo esté bien. A partir de ahí una vez al año más o menos sería suficiente. Las normas generales suelen funcionar bien pero cada perro y gato son diferentes y no está de más asegurarse que todo está bien.
Pues esto es todo respecto a los huesos por ahora, este tema da mucho de sí y puede que escriba más artículos al respecto. Espero que la información os haya sido de utilidad y le podáis sacar provecho.
Neus Candela
Veterinaria especialista en nutrición natural, asesoramiento on-line
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