La “comida” industrial no es adecuada para perros y gatos

En esta era de la información cada vez más dueños de perros y gatos y también veterinarios se están educando y dando cuenta de que dar comida industrial altamente procesada como base de la alimentación no es buena idea. Es por este motivo que cada vez más personas optan por dar una dieta que sea biológicamente apropiada, con ingredientes frescos y sin procesar o con un un procesado mínimo.

 

La comida industrial (piensos y comidas húmedas enlatadas, incluídas las dietas de prescripción) ha estado en el mercado alrededor de unos 100 años. Sin embargo, los animales han cazado presas o comido carroña por miles de años. Estudios recientes demuestran que los perros domésticos han sido capaces de adaptarse hasta cierto punto a digerir almidones, pero esto no significa que hayan evolucionado a vegetarianos. En el caso de los gatos nada de nada.

 

La mayoría de las empresas productoras de comida procesada incluyen maíz (hoy en día genéticamente modificado), trigo (también), arroz y patata que tienen unos índices glicémicos que nuestras mascotas no están diseñadas para gestionar del mismo modo en que lo hacemos nosotros. Estos ingredientes se mezclan con proteínas de baja calidad (provenientes de los subproductos de la producción animal para consumo humano) y un mix de minerales y vitaminas sintéticos. Después de ser mezclados pasan por el denominado proceso de extrusión (que hincha y da forma al producto) que se realiza a altas temperaturas, con lo que se destruyen los nutrientes y además se generan compuestos químicos perjudiciales para la salud.

 

A pesar de esto los animales se adaptan, pero consumir estos productos día tras día tiene consecuencias para la salud que aparecen poco a poco a lo largo de la vida del animal. Como los problemas surgen al cabo de mucho tiempo (o no tanto) y creemos que lo que damos de comer está bien, muy pocos nos atrevemos a hacer la asociación entre la dieta y los problemas de salud que van apareciendo. Este tipo de “comida” los mantiene vivos pero también les enferma. Intervenimos generalmente con medicina alopática que enmascara los síntomas y así van tirando. Pero eso no tiene nada que ver con la salud radiante que nuestro perro o gato deberían tener y que no es tan difícil de conseguir en muchos casos.

 

Nuestras mascotas reciben lo que no es apto para consumo humano: granos que no pasan las inspecciones, comida pasada la fecha de caducidad, sobras sin inspeccionar de la industria pesquera, aceites y grasas de bares y restaurantes, sangre, plumas e incluso animales muertos en las granjas y más (esto último está en la definición oficial de lo que se considera aprovechable). Estas materias primas se procesan, se mezclan con almidones y féculas en proporciones inadecuadas y por último se añaden minerales y vitaminas sintéticas. Una vez todo está mezclado pasa por el proceso de extrusión a altas temperaturas y al resultado le llamamos pienso o croquetas.

 

Las empresas que producen comida para mascotas se están dando cuenta de que cada vez hay más dueños informados y están cambiando sus estrategias de marketing: añadiendo la palabra "natural" por doquier (palabra muy ambigua y maltratada), sin GMOs o OGMs (organismos genéticamente modificados), sin granos (pero en general sustituidos por otros ingredientes con alto índice glicémico), etc… 

Algo es algo, pero en la mayoría de los casos la base sigue siendo errónea: proporciones inadecuadas de nutrientes, ingredientes de baja calidad, nutrientes sintéticos y el procesado que extiende la vida útil, pero que hace que la comida que damos a nuestras mascotas sea fundamentalmente comida muerta. Es cierto que cada vez existen más piensos de alta gama y marcas que cuidan mucho más los ingredientes pero que se ponga a un lado cualquier pienso de gama alta al lado de una dieta casera bien hecha...

 

A veces no se puede o no se quiere eliminar completamente el pienso: es muy cómodo, práctico y barato (¡A veces no tanto!). Mi recomendación es reducir la comida industrial en la medida de lo posible. Si puedes eliminarla completamente, genial. De no ser así se puede reducir un 25%, 50% o 75% y complementarlo con alimentos frescos, solo haciendo esto ya estamos mejorando enormemente la nutrición de nuestro animal.

 

Hay mucha información en Internet, libros y también opiniones para todos los gustos. Tú mismo puedes dedicar tiempo a informarte. Si no quieres o puedes dedicar tiempo a investigar yo puedo asesorarte. Si tu animal tiene problemas de salud te recomiendo que hagas estos cambios asesorado por un veterinario, especialmente si son problemas graves.

 

Neus Candela

Veterinaria integrativa especialista en alimentación natural para perros y gatos

www.nutrivets.com